martes, 19 de junio de 2012

Espectáculo fáustico

Me enteré por los diarios nacionales, que un aspirante priísta fue detenido por la probable ejecución de un militante del PAN  –de apellido Corzo, por cierto, a quien desconocía-, en Villaflores, Chiapas, por intentar quitar propaganda de su candidatura. ¡Qué grave!, es inadmisible llegar a ese extremo. Sabemos que la polarización conlleva violencia. Pero entonces ¿cuál es la fiesta democrática que tanto se escucha?, ¿quiénes son responsables de suavizar el ambiente al final del día?, ¿son los órganos electorales o los partidos?, ¿los candidatos acaso?

Parecería que ni los partidos, ni los candidatos, ni el resto de la sociedad estamos preparados para que se elija de manera libre y autónoma al aspirante de nuestra preferencia. Parece que es necesario recurrir a actos vandálicos, movilizaciones masivas de resistencia social, descalificaciones apabullantes, manipulación de encuestas, ejercicio indebido del poder desde el gobierno para evitar a toda costa el triunfo del contrincante. No importa la propuesta, no importa el plan futuro, el caso es sentarse en la silla… después, todo lo demás. Falta probidad tanto en nuestros postulantes como en sus equipos de campaña, así como en los partidos. Me apena reconocer que algo de nuestra democracia está pudriéndose y que de no cortarlo de raíz, corremos el riesgo que haga metástasis en todas las estructuras electorales.

Espero también que el resultado de estas elecciones no termine de nuevo en manos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Yo sé que para eso existe esa Institución. Pero parece haberse convertido en el órgano primario de decisión y no en el fiel de la balanza para casos particulares y contradictorios. Lo anterior dependerá de varios factores. En primer lugar, de la participación. Si la mayoría sale a votar, el riesgo disminuye, porque no hay manera de detener a la sociedad si esta se hace escuchar a través del ejercicio de sus derechos. Siempre voy a insistir en este tema, sólo tenemos esta oportunidad cada seis años –tres, para el caso de legisladores y alcaldes-. En segundo término, de la organización de cada partido. En la medida que cada uno logre organizar la presencia de sus observadores más devotos y honestos –pequeño problema, sin ofender a nadie- en todas y cada una de las casillas, menor será la probabilidad de imputar un probable fraude. Y finalmente, del trabajo del IFE. La actuación de este organismo facultado es fundamental para otorgar legitimidad al proceso. Hemos tomado experiencia del pasado. Desde la caída del sistema hasta las declaraciones desconcertantes previas al conteo total de las casillas. Es fundamental la presencia de un órgano electoral confiable e imparcial que garantice el resultado.

Como se ven las cosas hasta el día de hoy, no sería motivo de sospecha el triunfo del candidato del PRI, quien ha estado arriba en las encuestas permanentemente. Sus descalabros han acortado la brecha, es cierto. Pero no sería una sorpresa para nadie su éxito. En cambio, sí sería una novedad el triunfo de la aspirante panista. Ha ido cayendo hasta el tercer lugar. A pesar de haberse autodeclarado triunfadora del segundo debate, parece todavía no convencer del todo a los indecisos, quienes le podrían representar una gran ventaja contra el delantero. Creo que la pérdida de espacios de la candidata se atribuye más a la actuación de sus antecesores en el poder, que a ella misma. Por otro lado, Quadri parece que finalmente sostendrá el registro de su partido y habrá dejado huella de la fuerza que representa una campaña de propuestas sólidas y claras, con escasas muestras de violencia en contra de sus contrincantes.

El factor contrastante sigue siendo López Obrador. Recientemente se ha puesto al descubierto que algunas encuestadoras muestran un ligero ascenso en sus probabilidades de triunfo. Otras declaran haber encontrado un posible empate técnico entre Peña Nieto y él. Reforma hoy 19 de junio publica un desplome. Espero que no sea una manipulación para calentar el panorama. Lo cual sería bajo y ruin, pero al fin y al cabo estratégico. Espero también que AMLO sepa reconocer el resultado si éste le desfavorece y no se lance de nuevo en una cruzada por la defensa ultranza de la anulación del proceso, en aras de buscar su triunfo a como dé lugar. Espero finalmente que el IFE garantice que ganó el que recibió más votos ejercidos libremente y tenga la capacidad de mitigar las manipulaciones y triquiñuelas acostumbradas en estas lidias.

Escribo este artículo a escasos días de la elección. Supongo que ya no habrá mucho más qué decir. No me asombraría tampoco que surja algo de aquí hasta antes del cierre de las campañas. Una foto, una grabación telefónica, un video, una encuesta, una protesta… nada nuevo, pero que sí hacen ruido y desvirtúan las decisiones finales del electorado. La única certeza con que cuento es que aún no estamos preparados para la democracia, esa fiesta de la que tanto hablan los candidatos, los partidos y el IFE. Parece más bien una pobre piñata que apenas y se sostiene, que cuesta mucho dinero y que pocos confían en ella.

México, D.F. Junio 19, 2012

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