miércoles, 24 de octubre de 2012


Alboroto en gradería

Posición. El lenguaje de los vigorosos y de los que buscan sostenerse en la cumbre de la escalinata del poder. Mientras más clara y fuertemente se rompa la barrera del sonido con el mensaje, menos ruido se percibe en los canales de comunicación para hacerlo entender. Fue así que con bombos, platillos y micrófonos, a través de un supuesto orden democrático, se anunciara el fin de semana la reelección de Elba Esther Gordillo como lideresa formal y prácticamente vitalicia del Sindicato de Trabajadores de la Educación. En sus palabras, percibí un dejo de desafío: “Sólo seré sirvienta del SNTE, de nadie más…”
 
Lo que dice es una verdad absoluta. Una mujer que se gana un premio mayor semejante al del sorteo Melate casi cada quince días y maneja un presupuesto personal al año de casi 2 mil millones de pesos, puede evitar con la mano en la cintura el regaño, la manipulación o el chantaje de cualquier personaje de la vida pública, incluyendo al mismo Presidente de la República. Elba Esther es, por mucho, la mujer más poderosa de México. La naturaleza de su liderazgo le ayuda a estar presente en toda la extensión del país. El gremio magisterial es de los aparatos más fuertes y activos. Tiene la capacidad de inclinar la balanza en temas electorales, hacer ruido cuando de obtener mayor presupuesto federal se trata. Basta con levantar el teléfono y estados completos estallan en huelga, se suspenden clases y ponen a temblar a la sociedad entera por las infames repercusiones en el futuro académico del país. Somos un país de escasa preparación y bajas calificaciones.
 
No es honesto generalizar, conozco profesores valiosísimos que a pesar de pertenecer al gremio, se preparan para impartir mejores clases y se cultivan en las materias que ofrecen. Son pocos así. El resto son sólo proletarios de la educación, coyotes de la enseñanza. Cumplen con su horario, pero no con sus objetivos. Obedecen a los deseos de los liderazgos seccionales. Esos son los que están afectando el desarrollo del país. Sin objetivos medibles, sin una vocación verdadera, sus alumnos salen de las escuelas públicas cada vez peor preparados y se comienza a hornear un caldo de cultivo riesgoso, pues ante la incultura, la inconsciencia y la ignorancia… al final, la violencia.
 
No hay manera de cambiar el modelo educativo si no se logran las transformaciones adecuadas a las regulaciones de los ordenamientos corporativos. Ahí está el gancho que ha mantenido el status quo de las agrupaciones sindicales desde hace mucho tiempo. Si en la reforma laboral que está por aprobarse se hace un lado la transparencia y democratización de esas corporaciones, también se está dejando sin efecto futuro inmediato la posible reforma educativa… y dicho sea de paso, la energética.
 
Si Elba Esther actuó como lo hizo este fin de semana, fue porque quiere dejar claro su posición en la arena pública. Su fortaleza inquebrantable. Eso le otorgó el derecho de quitar y poner secretarios y subsecretarios en el ramo educativo los últimos dos sexenios. Los gobiernos panistas incluso escudriñaron la alianza con ella para firmar un pacto temporal de paz y evitar el estallamiento social en ciernes que podría haberse avivado en caso de haber provocado a la maestra.
 
Otro menudo paquete para el próximo equipo presidencial será la decisión de poner nuevas reglas, aliarse o dejar pasar. Lo que ya no es posible es seguir permitiendo la involución en materia educativa. Es de suma importancia establecer nuevas maneras de dilatar el conocimiento en el país. Un país desarrollado se caracteriza por sus altos niveles académicos, tanto de los educadores como de los estudiantes. Cultura, ciencia y tecnología van de la mano. La potencialización de estos factores depende de las herramientas que se brindan a la sociedad.
 
No es extraño pues, que las protestas sean cada vez más violentas, parece que se conoce menos el valor del diálogo y sus beneficios.
 
México, D.F. Octubre 23, 2012

miércoles, 17 de octubre de 2012

Crónica (muy breve) de una (posible) derrota anunciada

Descalabro. Las mediciones más recientes indican que el presidente norteamericano corre el riesgo de no reelegirse. Las tendencias alcistas rompieron su equilibrio hace un par de semanas y lo que parecía una virtual victoria anticipada comienza a mostrar tintes de una disminución sostenida de la imagen y pérdida en la credibilidad y confianza del personaje de color en Estados Unidos más importante, después de Luther King. El primer debate fue contundente para esta sensitiva escalada de Romney, el candidato opositor del partido republicano. Todo parece indicar que su ofensivo pragmatismo terminó por convencer a los indecisos, pues opacó en gran medida al acomedido Barack, que cuidó mucho involucrarse en un enfrentamiento.

En unas horas más se llevará a cabo el segundo encuentro. El presidente actual debe estar calculando detenidamente su actuación. Buscará seguramente convencer al pueblo estadounidense que su opción y capacidad siguen siendo viables para el próximo cuatrienio. Que las amenazas de nuevas crisis no afectarán los bolsillos de cada familia y que el déficit tiene vías de atención inmediatas y controlables. El gobierno de Estados Unidos vive una época apretada en cuanto a sus finanzas.

La intención del voto en ese país tiene varios matices, pero dos son sumamente importantes: guerra y economía. Es conocido que los republicanos ganan cuando alguno de los dos asuntos no va bien. En este caso, no parece que las acciones novedosas y poco ortodoxas del gobierno de Obama en cuanto a decisiones económicas se refiere, cuenten con la aceptación de más de la mitad del pueblo norteamericano. La crisis ha sido permanente y el crecimiento de la población con escasos recursos comienza a formar parte de las estadísticas nacionales. La escasez de empleo siempre ha puesto en sobre aviso a las comunidades como un reflejo de que el gobierno está actuando ineficientemente.

En cuanto al factor guerra. Si bien la captura y fallecimiento de Osama Bin Laden rindieron frutos en su oportunidad, se desvanecieron con el tiempo bajo la sospecha de un supuesto montaje. La amenaza de guerra nuclear promovida por Irak y sus aliados, también pone en entredicho la capacidad de los demócratas para llevar a cabo una estrategia de protección y seguridad nacional.

En la recta final, Obama está mal parado. Tiene dos grandes áreas de oportunidad: Le faltan dos debates, además de contar con más dinero que Romney, según los informes más recientes de cada partido. Pero fácil, no la tiene. El republicano resultó ser un contrincante espinoso y que viene levantando ámpula desde abajo, sigilosamente.

Ya veremos qué dicen los resultados de noviembre.

México, D.F. Octubre 16, 2012

miércoles, 10 de octubre de 2012

De los impulsos a las tentaciones

Chiapas. Faltan menos de dos meses para que Manuel Velasco rinda protesta para gobernar ese estado durante los próximos seis años. Será entonces uno de los gobernantes más jóvenes de la historia. Recuerdo aquel fresco diputado federal que se sentó en la curul de la Cámara Baja y se destacó cuando se presentó ante el pleno con su posicionamiento como verde-ecologista durante el Segundo Informe de Gobierno del presidente Fox. Trabajamos juntos en ello.

Han pasado ya los tiempos de campaña. El júbilo por el triunfo también está serenándose y comienza a escucharse a lo lejos el galope de los jinetes apocalípticos que han acorralado al pueblo chiapaneco por décadas. Los tambores guerreros de la miseria, el hambre, la ignorancia, la apatía y la insensatez, entre los más destacados.

El Güero, como le dicen de cariño, hereda una serie de problemas añejos que al cierre de cada administración reviven de nuevo con mayor reclamo. Cargados de un pasado bélico reciente. Que hace prioritario sentar bases inmediatas de pacificación, para serenar nuevamente los ánimos del encono y la disgregación social que prevalecen en las regiones más afectadas en esa región, por su bajo desarrollo.

Su primer labor, será la de hacer cuentas, revisar lo que quedó en las arcas. Seguramente conducirá de inicio una administración pobre e hipotecada. El nivel de endeudamiento es uno de los más altos después de Coahuila. Aunque la participación del estado en las aportaciones al Producto Interno Bruto Nacional lo colocan entre el noveno y décimo lugar, la deuda per cápita contra el ingreso promedio estatal equivale a estar endeudado de manera personal por los próximos 25 años.

Sentarse en la silla es todo un suceso. El primer día es todo un acontecimiento, desfilan las felicitaciones, los parabienes, las obsequiosas presentaciones… toda una celebración de bienvenida. Conforme pasan los días, el despacho comienza a llenarse de urgencias, emergencias, solicitudes, demandas, presiones, prisas y exigencias. La fiesta se terminó y comienza el viacrucis.

Los gobernantes chiapanecos han tomado como medida de legitimación la persecución de los funcionarios superiores de las administraciones anteriores por los errores cometidos, los posibles latrocinios y las enemistades que se generaron durante la campaña. Probablemente Manuel acaricie también la idea de tomar esa vía. Es de las más fructíferas para incrementar las mediciones de aceptación, pero de las más peligrosas porque se tratan de apuestas a futuro. Es indudable que la administración termina en algún momento y seis años pasan rápido. Las facturas que se pagan por esas acciones son altas. De hacerlo, es sumamente importante considerar que la tarea debe ir acompañada de una certeza jurídica sólida e infranqueable. Para evitar que parezca una acción política, mediática y de venganza, más que una verdadera muestra de ejercicio de transparencia y legalidad.

En mi opinión, no debe fijarse la auditoría de los ejercicios anteriores como un proyecto gubernamental ligado a la posición de imagen. Sino una tarea más que muestre signos de limpieza y labor administrativa. De sus resultados, que se apliquen las acciones de justicia necesarias. En cambio, para que un gobierno sea reconocido, es importante que se sienten las bases necesarias para establecer nuevas vías de desarrollo social y económico. Elaboración de políticas públicas novedosas que consideren la potencialización de las fortalezas productivas y humanas de cada región del estado.

Éxito en tu nueva tarea, Manuel. Enhorabuena por tu triunfo. Desde la distancia, reitero mi compromiso con Chiapas y su gente.

México, D.F. Octubre 9, 2012

martes, 18 de septiembre de 2012

Sufragios importantes… también

Elecciones. Estados Unidos vive ahora su carrera por la presidencia. La democracia en ese país del norte de América, como en México y gran parte del resto del mundo, vive también una de sus crisis más fuertes. Obama contiende nuevamente por el lado Demócrata y el controvertido Romney por parte del partido Republicano. Como presagio indio, ambos escenarios de lanzamiento de campañas se vieron amenazados por las fuertes lluvias del fenómeno meteorológico Isaac y las depresiones tropicales por la época del año.

Barack Obama se muestra fuerte, con preferencias medidas de casi el 50 por ciento de la población electoral. Romney por su lado, ha perdido terreno. Evidenciado por el nieto del expresidente Carter como segregacionista. El racismo es el último tema que debería exponerse en esta contienda. Contra todo pronóstico, el liderazgo de un hombre de color ha demostrado que para los Estados Unidos el mito racial ha pasado a segundo término. El separatismo se reduce a una escasa porción de la población, sobre todo de la zona del este, donde se asientan todavía las familias fundadoras que llegaron de Europa, que luchan por sostener sus tradiciones pioneras.

Los aciertos del presidente Obama son el mayor obstáculo para sus opositores. Desde el sostenimiento de la economía a través de decisiones políticas y económicas poco conservadoras, hasta la eliminación del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden; junto con el equipo que lo acompaña: los Clinton y los destacados latinos; se desarrolló una fórmula exitosa para los demócratas. El presidente en turno parece tener amplias posibilidades de lograr ser reelecto.

De ser el caso, las condiciones de entendimiento con el vecino país del norte, parecen estar aseguradas los próximos cuatro años. La presidencia de Estados Unidos comenzó ya a tender sus primeros lazos de negociación con el Presidente Electo, Enrique Peña Nieto. A Obama le conviene que sea evidente su relación con México. Así asegura de manera casi global, la preferencia del electorado latino en su país. Esa población actualmente representa el fiel de la balanza para cualquier candidato y el partido en el poder lo sabe. Los latinos que ya ejercen su derecho como ciudadanos americanos han llevado al triunfo a alcaldes en Los Ángeles, San Francisco, entre otros.

Y a Peña Nieto, por su lado, le sienta un precedente que quizá repita la historia de Zedillo con Clinton y Fox con Bush. Amistades que rebasan fronteras y generan condiciones de apertura y negociación franca. Se eliminan las barreras de la diplomacia y se establece un diálogo que permite sentar las bases para nuevas relaciones entre ambos países. Cuando los problemas de migración, narcotráfico y barreras comerciales parecen haberse agudizado durante los últimos años.

Estaremos pues pendientes, tanto los americanos, como los mexicanos de lo que resulte de esa contienda. Pues de eso dependerá el futuro de nuestra frontera, nuestro comercio y nuestra economía. Porque los gringos, viven bien o mal con el presidente que tengan. Ahí opera el libre mercado desde hace mucho tiempo. Si no es el mejor de los escenarios, al menos ya están acostumbrados. Nosotros, por el contrario, seguimos siendo arrastrados por la política y sus decisiones.

México, D.F. Septiembre 18, 2012

martes, 11 de septiembre de 2012

Rayo mortecino y desesperanzado

Frustración. Una de las sensaciones humanas más irracionales y el motivo principal de decisiones viscerales, absurdas e insensatas… Leí detenidamente el discurso de Andrés Manuel López Obrador del domingo pasado en el Zócalo capitalino. La impresión que me da, es que durante esos 45 minutos, el líder moral del Movimiento Regeneración Nacional agotó su última reserva de energía política y mediática. Rompió con los partidos que le dieron cabida durante los últimos años. Dio la vuelta en el cuadrante de su ideología para formar un pliegue más a la partidocracia tribal que da forma a la izquierda mexicana de nuestros tiempos. Un andamio menos a la débil estructura unificadora que idearon hace varias décadas el fallecido Heberto Castillo, Cuauhtémoc Cárdenas, entre otros.

Los votos alcanzados por ese bloque en las elecciones presidenciales pasadas no son pocos, son aún más de los que habían existido anteriormente para ese sector de la población electoral. Pero no los suficientes para alcanzar la anhelada Presidencia por parte de López Obrador. La diferencia entre el primero y el segundo lugar, incluso, fue más amplia que en el 2006. Finalmente el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación falló a favor de Enrique Peña Nieto. Ante una defensa pobremente fundamentada, el candidato de las izquierdas nuevamente se inconformó, ahora de manera menos agresiva ante la sociedad, cabe celebrar.

Con esta nueva división, no sé si sea posible sostener ese bastión unido y de manera activa. Quizá MORENA sea un movimiento sólido, pero no estoy seguro que sea el que haya otorgado la amplia plataforma electoral, sin contar con el apoyo de las estructuras de los partidos de la Revolución Democrática y del Trabajo. Andrés Manuel, como todo caudillo, no claudicó en su intento por dirigir y controlar a sus huestes… por eso toma la ruta del alejamiento. Los cuerpos perredistas y petistas, por su lado, encabezan actualmente funciones en los aparatos legislativos y de mando en los poderes ejecutivos locales en donde obtuvieron mayoría de votos. Tampoco parecen ver con buenos ojos mantener una postura asintótica, desde sus curules y diversas tribunas, con el mandatario electo. Como la que sostuvieron los últimos seis años con Felipe Calderón y la presidencia legítima de AMLO. El país sólo se alentó en su proceso decisorio. No hubo espacio para el diálogo y los acuerdos. Considero, al igual que ellos, que no es momento para darse ese lujo durante un sexenio más, ante las realidades que enfrenta el país en materia económica y social.

Quizá los grandes ganadores ante la medida de Andrés Manuel sean los demás actores de la clase política mexicana, de todos los colores y sabores. Pues parece dejar con ello la arena pública abierta para la negociación de las grandes reformas y el camino allanado para el libre ejercicio del Poder Ejecutivo. Quizá el caudillo y su ímpetu se vayan consumiendo ante la entrada en funciones del nuevo gobierno a partir del próximo primero de diciembre. Y sólo surjan pequeñas luces de su movimiento durante cada elección estatal por venir y no conoceremos la dimensión de ello sino hasta el año 2015, con las votaciones federales intermedias. Ya sabremos entonces quién lo siguió, quién mantuvo la esperanza junto con él de alcanzar nuevamente un espacio en la boleta presidencial para el 2018.

Queda pues de nueva cuenta la experiencia, tanto del primer candidato de las izquierdas, Cuauhtémoc Cárdenas, como de Andrés Manuel López Obrador, que la propuesta de esa fracción sociopolítica debe ir acompañada de algo más que un liderazgo moral y la afinidad de los sectores más radicales de la población. Debe analizarse la posibilidad de crear un conjunto de propuestas frescas. Enriquecidas de programas novedosos que converjan en potenciales proyectos de desarrollo social y económico. Desligarse también de los tabúes y preceptos que han empañado la imagen de la izquierda en el mundo, que rumoran supuestos arribos al poder, acompañados de decretos nacionalizadores de los bancos y las grandes compañías; así como la expropiación de las casas y predios para donárselos a los pobres.

Parece así que no hay tal retiro del candidato amarillo, como el que anunció antes del inicio de su campaña. Pero tampoco hay un movimiento organizado para detener el normal desarrollo de la política en el país, como el de hace seis años. Considero que se abre un área de oportunidad para el equipo del Presidente Electo, que facilitará alcanzar los esperados acuerdos nacionales, con la suma de las voluntades de todos los sectores de la población.

México, D.F. Septiembre 11, 2012.


martes, 4 de septiembre de 2012


Alternancia sucesoria

Transición. Comenzaron los días más inquietantes para los servidores públicos de la Administración Federal. Después de dos sexenios de supuesta continuidad partidista, un nuevo equilibrio –al menos, diferente- se asoma a partir del próximo primero de diciembre. El regreso del PRI al frente del Gobierno Federal reencaminará los destinos del país y de muchos de los trabajadores de las instituciones centrales. Se espera que cerca de 25 mil empleados federales desocupen sus puestos a partir de esa fecha. Es el eterno destino de la burocracia mexicana, una línea intermitente de sucesiones que golpea el encadenamiento de los programas gubernamentales en beneficio de los ciudadanos.

Por lo pronto, Peña Nieto arrancó con pies de plomo. Presentó el día de ayer un equipo plural para la transmisión de poderes, con la gente que ha venido acompañándolo durante su campaña. Muestra con ello, que aún se cuecen en el horno las nominaciones para su futuro gabinete. La constancia de mayoría era el trámite intermedio que impedía el paso siguiente hacia la sucesión.

El control de daños por el enfrentamiento entre los partidos después del resultado de las elecciones, parece ir en curso. El PAN, por sí mismo, decidió tomar la vía de la reconciliación para comenzar el saneamiento interno de sus agremiados y fijar su posicionamiento con la visión futurista de presentar una nueva cara ante el electorado y reformular sus propuestas. La izquierda por su lado, se debate entre apoyar una nueva fase de protesta encabezada por López Obrador ‑una fórmula desgastada ya, para mi gusto- o tomar también el rumbo de la mediación y adentrarse en una reestructuración de su multisistema partidista y tribal, con un nuevo liderazgo, como el del propio Ebrard, para construir desde ya una candidatura más fresca hacia el 2018.

Serán interesantes los próximos 80 días. Calderón ya comenzó su adiós. Busca posicionar su imagen a través de los medios de comunicación. La última campaña masiva en este momento de su historia. Es tan joven el mandatario saliente que no dudo verlo en otras actividades más adelante. Intenta resaltar en sus episodios el retrato de un hombre templado y reflexivo. Subraya la lucha contra el narcotráfico y en menor medida el combate a la pobreza, como otros proyectos que quedaron subyugados ante el de mayor relevancia e impacto, por sus consecuencias mediáticas y la propia inspiración del mismo Presidente. Debe ser difícil para él y el resto de su equipo, vislumbrar la evaluación a priori. Una vez fuera de Los Pinos, la exposición es más amplia. Sobre todo si se trata de una sucesión de partidos distintos. No será sino hasta ese momento que se determinará la percepción final de su desempeño durante el sexenio.

Entretanto, todos estaremos al pendiente de lo que se cocina al interior del equipo del Presidente Electo. Con quién se reúne, a quién llama… de quién se aleja. A diferencia de lo que vimos estos últimos doce años, el PRI tiene una mecánica distinta para diseñar sus estructuras. Y Peña Nieto creció con ella, la conoce bien. La planeación en ese partido parece siempre buscar el equilibrio en todos los terrenos. No deja abierta la puerta para el desencono, se apagan rápidamente los fuegos cruzados y someten delicadamente a aquellos que pretenden desvirtuar el proceso de conformación de las estructuras en el poder. Preparémonos pues, para una nueva etapa en el desarrollo de la política nacional. El PRI está de regreso. La derecha y la izquierda en sus máximas expresiones vuelven a formar parte de la oposición. Con la salvedad de que unos ya bebieron de los jugos del poder en funciones. Los otros, por su lado, siguen en la cercanía, sin lograr el triunfo definitivo.

Hasta hoy, seguirá la tensa calma ante el cambio de poderes. Creo que Andrés Manuel ya cuenta con menos seguidores que hace seis años, pero sus tambores de guerra siguen haciendo eco en las regiones más afectadas por la pobreza y el desempleo. México precisa de un momento de pacificación social. Enfriar las tensiones en todos los espacios perturbados del país deberá ser una tarea primordial para el equipo del Presidente Electo. Así también lo será, sostener las medidas macroeconómicas que han fortalecido a la Nación durante las crisis internacionales más recientes; como también evitar que una escalada de los precios de los insumos básicos, como el huevo y el maíz, afecten los bolsillos de los ciudadanos en el arranque del nuevo gobierno.

Es el momento preciso para reencausar el camino hacia una etapa de prosperidad, soberanía e igualdad. Pero sobre todo de armonía, acuerdos y paz. La coyuntura lo amerita y parece haber condiciones suficientes para iniciar una fase distinta. Mucho más productiva y democrática. Veremos de qué están hechos los integrantes de este nuevo cuerpo de gobierno que está por arrancar.

México, D.F. Septiembre 4, 2012

martes, 28 de agosto de 2012

Ydai vos, Laco

Sobriedad. Así lucía la sala Manuel M. Ponce del Palacio de las Bellas Artes el pasado 23 de agosto, recinto en el cual se formalizó la incorporación de Eraclio Zepeda, a la Academia Mexicana de la Lengua. Ahí con él, Jaime Labastida, los vicentes Leñero y Quiriarte, Gonzalo Celorio y un sinnúmero de académicos destacados. El recinto, lleno. El evento comenzó puntualmente, 19:00 hrs. Se fueron al grano, Laco tomó la voz y comenzó por una relatoría de la investigación lingüística en México. Las fusiones culturales. Lenguas indígenas en su ocaso como la de algunas regiones del norte del país. Así fue de lo general a lo específico, hasta llegar a Chiapas, su estado natal. Como lo dijo después Quiriarte en su discurso de respuesta y bienvenida, Zepeda es un especialista de la dialéctica chiapaneca. Yo digo que no sólo es lingüista, es un amante de las lenguas. Ha venido identificando a lo largo de su vida los modos de expresión regionales y los ha llevado a su quehacer literario. Benzulul, De la Marimba al Son y su reciente tetralogía son ejemplos de ello.

Zepeda se hizo en la brega desde joven. Pasó por la academia militar en México. Participó también en los enfrentamientos de Bahía de Cochinos, durante la emancipación cubana de la ocupación estadounidense. Cruzó las fronteras y probó suerte en las culturas orientales comunistas. Regresó a México y militó en la izquierda mexicana, fue precandidato a la Presidencia de la República por el PSUM, después de ser diputado por Chiapas. Junto con Andrés Fábregas y Eduardo Robledo fue nombrado miembro de la primera comisión para la paz, por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, después del estallamiento de la guerrilla zapatista en Chiapas. Fue también Secretario General de Gobierno en ese estado.

El General, como yo le digo por su aparición como Francisco Villa en las películas de Reed México Insurgente de Paul Leduc y en Campanas Rojas de Sergei Bondarchuk, ya era parte de la Academia desde hace muchos años… pero no lo sabían los demás. Fue premio Xavier Villaurrutia en 1982. Otra serie de reconocimientos internacionales más lo acreditan. Su producción y su actividad en el círculo intelectual mexicano ha sido fructífera. Su paso por la UNESCO como embajador de México en París dejó huella de ello. No llegó tarde su designación, solamente se formalizó ante ese círculo.

La solemnidad del acto no pudo sostenerse porque Zepeda fue el mismo de siempre. Sencillo, campechano, con el humor que le caracteriza. Tal como ocurre en Los Pálpitos del Coronel –uno de mis favoritos-, sacó a relucir el “voceísmo”, que es el uso de la palabra “vos” en Chiapas, herencia española del usted o . También explicó ante el primerísimo grupo de eruditos lingüísticos cómo los chiapanecos sustituimos el plural por el singular: los puerco, sus papá… Fue incontenible el estallido de las risas de toda la audiencia. Una vez más, Laco había enamorado a su público, tiene ese don que admiro desde pequeño.

La Rial Academia de la Lengua Frailescana también formó parte de su disertación. Elevó desde ya a nivel de cátedra, ese aquelarre de ilustres desenfadados que han hecho de sus reuniones un agregado de expresiones de la cotidianeidad de la región. Así nace el intelecto, de juntar las piezas de una cultura particular. Lo que viven Laco, desde hace un tiempo y la Rial, hace poco, es su inclusión en las páginas de la enciclopedia de la cultura universal.

Eraclio encontró en Elva Macías a su compañera de vida. Uno no es sin el otro. Elva es poetisa y promotora del arte. Ahí estaba ella. También Masha, hija de ambos, pintora y una gran impulsora del arte juvenil mexicano, en México y el extranjero. Y Milena, su nieta, de grandes ojos verdes, ya vinculada también en cuestiones artísticas y culturales a su corta edad.

Disfruté mucho al ver la medalla colgando del cuello del cuentista, novelista, actor y político. Orgullo de sangre y de chiapaneco. ¡Enhorabuena mi General!


México, D.F. Agosto 28, 2012

miércoles, 15 de agosto de 2012

Quimera integralidad

Alarma económica. El fantasma de la recesión vuelve amenazar a la Unión Europea. Quizá sólo se escondió por un rato. Tal como lo han afirmado la mayoría de los analistas financieros, la caída de Grecia es inevitable y la de España se acerca paulatinamente. Sumadas a la de Portugal y Chipre. Los fuertes de la zona son Alemania en primer lugar y Francia en segundo. Los teutones han dado muestras de fortaleza financiera, su maquinaria económica está funcionando como la de un Mercedes Benz recién comprado. Los galos por su lado, han emprendido una serie de acciones gubernamentales de alto impacto, con nuevos esquemas impositivos y recortes en las esferas de la burocracia, así como el fortalecimiento de sus programas sociales. La incertidumbre abrió de nuevo el espacio para la especulación y el desafío ante la queja de ciertos sectores de la sociedad que se manifiestan en contra de arrastrar la deuda de los países menos productivos.

Y es que la globalización ha alcanzado en Europa las dimensiones necesarias para su primera gran prueba de ácido. Este fenómeno ampliamente explorado por los especialistas comienza a reflejar sus primeros síntomas de deterioro. El modelo había sido funcional, mientras se mantuvo en los esquemas de cooperación mínimos necesarios. Las reglas de operación eran específicamente liberales: la unificación de una moneda para equiparar el intercambio mercantil y sostener estándares de deuda y fluctuación específicos. Durante los primeros años, el impacto en la disminución de las tasas de interés reflejó buenos resultados para las economías más débiles. Sin embargo, dejando de lado el fortalecimiento de sus capacidades productivas, los gobiernos de esos países incrementaron su deuda pública, lo que provocó un efecto mixto disfrazado, porque aunque el costo de la deuda era menor, no se soportó con esquemas productivos eficientes que brindaran solidez al interior en su estructura fabril y agrícola… una apuesta al déficit en el largo plazo. En paralelo, el intercambio de bienes y servicios para los países más fuertes tampoco se procuró directamente de sus aliados de zona, sino de sí mismos, de Inglaterra, de Asia y de América –principalmente Estados Unidos-. Los resultados de esas decisiones se viven ahora, casi 12 años después.

Quizá Europa dio un paso imponente en los inicios del siglo XXI con la creación del Euro como moneda única. Acción que fue aplaudida por su naturaleza innovadora. Parecía que de primera instancia se privilegiaba a todos los países integrantes a través de un efecto globalizador inmediato. Pero a ese paso le faltó huarache. Creo que se olvidaron de las condiciones sociales específicas de cada país. Circunstancias regionales que no trascienden solamente con una decisión económica promovida desde las cúpulas, sino de verdaderas evoluciones fundadas en las personas. La humanidad no evoluciona con mandatos absolutistas. Requiere de todo un proceso de metamorfosis acompasada, que proporcione las herramientas necesarias para un desarrollo auténtico y efectivo. ¿Qué interés puede tener un chipriota en formar parte de la eurozona si al compararse con un francés o con un alemán se evidencian las fallas en el sistema educativo y de fortalecimiento social de su país? Y de manera contraria, ¿qué compromiso puede tener un alemán con un español para refinanciar su deuda? ¿De verdad es necesario sólo un cambio en la forma de administrar la economía lo que impulsa a un país al desarrollo?

En nuestro entorno, el TLCAN cuidó en extremo el detalle de cada avance. Quizá por tratarse de sólo tres países integrantes, canadienses y estadounidenses se detuvieron ante la tentativa mexicana de formar parte de la superpotencia del norte. Y no estaban equivocados. Si bien los números de la economía nacional, en ese entonces de la firma del pacto, reflejaban solidez, bastó la sucesión de 1994 para que se cayera el telón arreglado y México se desplomó financieramente al inicio del sexenio zedillista. Situación que ha venido recuperándose lentamente, dejando pocos años atrás los crecimientos negativos o nulos, por incrementos sostenidos entre el 3 y 4 por ciento anual. Sumado a las crisis mundiales más recientes. De haber sido el caso de la unificación de la moneda, nos hubiéramos arrastrado solos a una crisis interna aún mayor. Porque no debíamos haber respondido ante los ciudadanos, sino ante los compromisos contraídos por la apertura de nuestras fronteras para el intercambio de bienes y servicios.

Hoy en día la situación es distinta. Hemos alcanzado otros niveles de desarrollo monetario y nuestra economía está más fortalecida ante posibles crisis futuras. Pero no creo que sea momento de abrir nuestras puertas para la creación de una zona de libre tránsito mercantil y de servicios con los Estados Unidos y Canadá, ni con el resto de Latinoamérica. No estamos preparados aún como sociedad para derribar los muros y generar condiciones de igualdad, de fraternidad incondicional. El hecho que la bestia traslade desde Arriaga hasta la frontera norte, sin obstáculos, a inmigrantes de los países vecinos del sur, no es condición suficiente para decir que somos un país de cultura globalizadora.

No sé si el modelo global soporte futuras crisis. Creo que un nuevo modelo está en proceso de desarrollo. Por las condiciones del mundo, entiendo que se fomentará el fortalecimiento de las comunidades para generar entornos más prósperos en materia social y económica. Permitirá panoramas más igualitarios; así como el desarrollo de capacidades individuales con estándares internacionales, para que las nuevas generaciones puedan competir profesionalmente en cualquier lugar del mundo. Esa será la nueva época, sólo así se derrumbarán las fronteras… Los muros que dividen a los países son la ignorancia y la pobreza.


México, D.F. Agosto 14, 2012.

martes, 7 de agosto de 2012

Desde Hiroshima hasta nuestros días

Intimidación. Es la primera de una serie de sensaciones que me producen las imágenes televisivas de las últimas semanas con los recientes asesinatos en Denver y Milwaukee. El primero, durante el estreno de la película de Batman y el siguiente, al interior de un templo sij. Ni los XXX Juegos Olímpicos de Londres, ejemplo de fraternidad y competencia sana; ni el Ramadán de los musulmanes, fueron suficientes para desviar la atención de algunos desequilibrados por descargar su odio contra la sociedad y arrebatar la vida de civiles inocentes. Esta clase de crímenes reflejan el trastorno de cierta parte de la sociedad en el aspecto humanitario. La reserva mundial de conciencia parece comenzar a desgastarse entre los individuos. Las grandes guerras del siglo XX y sus consecuencias dramáticas no lograron transferir su experiencia a las nuevas generaciones. Quizá es más alentador para muchos jóvenes hoy en día saber que una bomba atómica brindó el triunfo a los aliados por su gran capacidad destructiva, que conocer los fatales resultados para el mundo de este acto. Se ha fijado en la conciencia de algunos una verdad heredada: La solución a los grandes conflictos es la muerte; y mientras más monumental, mejor.

¿Qué puede estar pasando por la cabeza de un homicida múltiple? ¿Superar a Jack el Destripador? ¿Llamar la atención, como dirían los psicólogos? No lo puedo imaginar. Quizá sea una mezcla de megalomanía junto con un disturbio mental entre los principios éticos y morales y la incapacidad para relacionarse con el resto de la sociedad. Lo que orilla a muchos a cometer estos episodios inhumanos, cada vez más frecuentes. Actos irracionales, que pasan por encima de nuestro entendimiento.

Muchos son los que han levantado su voz para discriminar estos hechos. Se argumenta que uno de los factores más sensibles es el uso permisivo y discrecional de los ciudadanos americanos sobre las armas de fuego –por cierto, una de las industrias más fuertes y poderosas en ese país-. No dudo que sea un elemento importante, pero no es el fundamental. Considero que el efecto se alcanza desde otro origen. Y que además, por su naturaleza, ha ido permeando entre los intelectuales americanos, aunque sea por goteo. La propaganda de supremacía es casi un distintivo cultural entre los estadounidenses. Sus superhéroes lo confirman. La imagen de sus fuerzas armadas. Su presencia armada en todo el mundo. Sus agentes secretos y la CIA... entre muchos otros factores. Todo ello, se ha desbordado ya. Las facturas están siendo cobradas contra ellos mismos. Por eso las películas más recientes de las emblemáticas figuras norteamericanas superpoderosas han reflejado un lado más humano, cada vez más evidente en el protagonista. El héroe se preocupa incluso por el villano en turno y por la sociedad alrededor. Ya no es solitario, hace equipo. Muestra de la necesidad pública por modificar las conciencias de la sociedad, para hacerla menos fanática. Más unida.

En México no hay qué perder de vista los recientes acontecimientos. Aunque muy focalizados, también tenemos brotes de arrebatos sociales. Un poco más colectivos que individuales. Pero delicados por igual. Las recientes riñas de los reguetoneros en la Ciudad de México, reflejan el descontento de una sociedad sin aspiraciones más que las de unir fuerzas para hacer ruido y generar daño. De manera momentánea, pero peligrosa. La violenta amenaza generada durante los últimos años por el combate frontal al narco ha menguado la tranquilidad de muchos, pero también ha despertado en otros la clara conciencia del poder que representa el uso del terror como herramienta de poder colectivo.

Vi a un muchacho ser golpeado por más de cinco o seis en las tomas televisivas del fin de semana, en las inmediaciones del metro Chabacano. Vi también a un joven armado que salía corriendo para perderse entre la multitud. Vi a la policía indecisa cuando se trata de actuar sola o en grupos pequeños. Asimismo, vi la detención de alrededor de ochenta personas con el arribo de más fuerzas policiales y sus consecuentes castigos. Con esto, sumado al caso del tiroteo en una de las tiendas de más amplio consumo en Polanco, puedo decir que no estamos pisando terrenos de armonía social.

La orientación del trabajo legislativo y gubernamental de los próximos años deberá considerar la formulación de políticas públicas que atiendan la naturaleza de la radicalización social: Pobreza, empleo, salud –para el caso de las adicciones a drogas y otras sustancias nocivas-. Control de la venta y uso de armas de fuego. Seguridad. Pero sobre todo, la reparación de la depreciada gobernabilidad en el país. Es momento de retomar el control de las calles. Una estrategia endurecida que combata no sólo al narcotráfico como se viene haciendo hasta ahora. Sino que brinde la certeza a la sociedad de poder caminar libremente sin el riesgo de ser asaltado, secuestrado o incluso asesinado. Es fundamental sensibilizar y pacificar los espacios públicos –enfriar las plazas como se dice informalmente-, ello fomentará la convivencia entre los individuos y de cierta forma eliminará algunas de las barreras que más han puesto en riesgo la cohesión social de nuestro país.

México, D.F. Agosto 7, 2012



miércoles, 1 de agosto de 2012

Vacuna anitNINI

Titulación profesional. Recuerdo bien el anhelo que se genera a la edad de 18 años. Pasé muchas horas planeando la vida después de terminar la carrera. Era el último tramo escolar, el más duro, el que más empeño requería. Es la propia vida la que está en juego. Así se aprecia… El sueño de muchos jóvenes hoy en día parece haberse truncado desde la raíz. Son al menos 200 mil los que no lograron ingresar a una de las universidades federales como la UNAM, la UAM o el Politécnico. Un asunto público delicado, sobre todo si se percibe desde hace algunos años que una de las bolsas de trabajo garantizadas para ese grupo es la delincuencia organizada y el comercio informal.

Más grave es aún, lo que les espera a la gran mayoría de los muchachos mexicanos después de los 21 años. Sabemos que su capacidad de movilización es muy estrecha debido a que las ofertas de trabajo más atractivas se concentran en el Distrito Federal y las capitales de los estados más productivos como Nuevo León, Querétaro y Jalisco. Y que a pesar de los apoyos que ofrece actualmente el Gobierno Federal para la generación de pequeñas y medianas empresas, el mercado en general se ha reducido debido a la crisis que atraviesan las clases baja y media del país. La última, además, cada vez menos poblada y más golpeada en sus bolsillos, por la silenciosa escalada inflacionaria de los precios en los servicios y en los principales consumibles.

Con crecimientos menores al 5 por ciento anual, es difícil la creación de empleos nuevos para una nación. En Estados Unidos se considera la condición de empleo cuando el crecimiento de ese país se ha sostenido por más de dos años por arriba del 7 por ciento anual. En México, las capacidades productivas se encuentran en severas condiciones ante el precario desarrollo. Las empresas tienden a congelar las contrataciones y si resulta necesario a disminuir o ajustar sus nóminas. Las barreras de contratación se ensanchan ante la gran demanda: “Se busca joven menor de 25 años, titulado de una carrera profesional para puesto de ejecutivo en desarrollo. Prestaciones conforme a la ley. Se requiere experiencia mínima de 5 años en logística de operación portuaria, yada, yada, yada”. La experiencia laboral comienza a ser también una necesidad para conseguir un empleo, pero ¿cómo es posible que un recién egresado de una carrera profesional cuente con la experiencia solicitada por su contratante?

Ante la inminente crisis de ofertas educativas y laborales, se debe formular una política pública que considere ambos factores por su estrecha relación. Una especie de trabajo como el realizado por el maestro Arturo Cantú en los años 80’s para detectar las necesidades productivas de México. Mediante el cual se determinó la demanda de los productos básicos hasta los superfluos de cada familia. Detectaba a su vez las debilidades de producción, los excedentes, así como las necesidades de importación. Ello, permitió determinar las necesidades específicas de preparación, así como las insuficiencias en materia laboral. De hacerlo así esta vez, será mucho más fácil establecer los programas educativos necesarios y el desarrollo de espacios productivos para atender tanto las necesidades del país, como las capacidades de exportación nacional.

Construir más espacios universitarios debe ir siempre acompañado de proyectos nacionales para el desarrollo de personas, comunidades y mercados específicos que fortalezcan nuestra economía. De nada servirá ampliar la oferta educativa si al final vamos a lanzar a la calle más candidatos al desempleo, al comercio informal o al crimen organizado y sus diversas especialidades.

Además, si la curva de crecimiento poblacional en realidad está invirtiéndose como ocurre hoy en Europa, es muy importante concientizar a las generaciones por venir en la necesidad de más geriatras, enfermeros, trabajadores sociales y voluntarios. Para que cuando lleguemos a la edad de necesitarlos, haya suficientes y no tengamos que proponer nuevas políticas públicas para la población de la tercera edad, desde nuestros espacios en las casas de asilo.

México, D.F. Julio 31, 2012

martes, 24 de julio de 2012

De cinismos y contradicciones

Dinero. Hasta hoy, uno de los instrumentos más eficaces inventados sobre la tierra. Coacciona las voluntades más férreas, destruye economías, corrompe. También engrandece, empodera, vigoriza. El dinero es violento, lo dijeron ya los economistas Aglietta y Orléan. Superó su función antropológica del intercambio. Como la misma energía, no se destruyó, se transformó. Incluso se multiplicó. Pero no alcanza para todos. El que ya tiene, quiere más. El que no tiene, verá la forma de alcanzarlo, a como dé lugar. Un círculo enviciado que ha provocado la locura de muchos. ¿Cuánto es suficiente? Eso lo determina la ambición. Esa emoción enfermiza por conseguir más. Así como el dinero, el poder. La mezcla de ambos es lo que pone en marcha a las economías del mundo. Moviliza a la sociedad. Activa a los políticos. Es una mezcla energética dual que provoca paz o guerra, justicia o injusticia, éxitos o fracasos.

Esta visión me llega hoy en día cuando analizo las grandes paradojas de nuestra vida cotidiana. Tanto en el terreno social, político o económico. ¡Qué delgada es la línea entre la decencia y la impudicia! O más bien, qué cercanas son una de otra. Parecieran incluso el balance necesario para el orden general. Los polémicos casos de los hermanos incómodos son ejemplo de ello. Rafael Correa, presidente de Ecuador tuvo que imponer sanciones severas a su hermano el empresario, Fabricio, para evitar un descalabro en las contrataciones gubernamentales, cuando ese país atraviesa una grave crisis económica y un acelerado empobrecimiento de su población. Ahora Fabricio busca las elecciones para competir como el opositor del gobierno.

Por otro lado, Humala, el mandatario del país peruano, trata a su hermano convicto con el respeto y la dignidad que ningún otro preso goza en las cárceles de Perú. Encarcelado por el asesinato de los guardias de seguridad del expresidente Toledo, los privilegios que goza este exmilitar rebasan la línea de la decencia.

¿Dónde hemos visto esto antes? ¿Será acaso un mal endémico? Parece que la estampa pública provoca tensión en los familiares de todos los gobernantes, de tal forma que se manifiesta en ellos una sensación de perpetuidad, misma que los pone por encima de las leyes, la compostura, la dignidad, el decoro, la honestidad… como la unción divina de la monarquía de principios de nuestra era.

El caso más reciente en México es el de Xóchitl Gálvez, excomisionada para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en el gobierno de Fox. Su hermana fue detenida por estar involucrada en presuntos casos de plagio. Xóchitl dio la cara ante los medios. Dijo que no puede más que apoyar a su hermana de manera jurídica. Y es cierto. Ante esos hechos, no hay nada más qué hacer que aceptar la realidad de los hechos y dejar que los aparatos de Justicia decidan las sanciones de acuerdo con la Ley.

Esa misma delgada línea es la que encuentro entre los litigantes partidistas por los resultados de las últimas elecciones presidenciales en nuestro país. Las evidencias han comenzado a salir a la luz. No dejan a uno solo libre de culpa. PAN y PRD, los vencidos, se acoplan para demandar la limpieza de los recientes sufragios. El PRI, por su lado, acepta que hizo uso de tarjetas de prepago... pero poquito. A su vez, contrademanda al Movimiento Progresista por un supuesto financiamiento paralelo. Es decir, todos sabían desde antes qué hizo el de al lado, pero nadie se hizo responsable por ello. Esperaban ganar. Sólo si alguien denuncia, si alguien mueve los hilos de manera distinta, los demás saltarían. ¿Y la Nación? ¿Y el bien común? Olvidemos los buenos principios, esos se quedaron fuera antes del arranque. La solución está en las manos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Menuda labor para los señores ministros. Aunque creo que no cambiará el orden de los resultados como los conocemos hasta ahora, tampoco me sorprendería un cambio de timón de último minuto para evitar desvirtuar la transformación democrática del país.

En fin. Dinero y poder parecen ser los factores principales del balance político, social y económico hasta ahora. No importa si se violan las líneas de la ética y la justica o se pervierten los principios de los protagonistas. Mientras ambas energías confluyan, el orden establecido rendirá frutos para los actores de esas tres esferas. Sólo basta que un elemento supere al otro y el balance se rompe. Las estructuras se desmoronan. Y emerge el conflicto. No hay espacio para el acuerdo, porque no existió de inicio. La ambición no se detiene a consensuar.

México, D.F. Julio 24, 2012

martes, 17 de julio de 2012

Cicatrices históricas

Austeridad. La reducción del sueldo de un político no es sinónimo de rigidez en el gasto público. Es, en mi opinión, un acto desesperado por demostrar interés en el bien común, cuando la imagen ya se afectó. El impacto financiero es mínimo en realidad, pero la percepción que se intenta modelar es la de prudencia en el destino de los recursos gubernamentales.

España atraviesa una de sus más duras crisis sociales y financieras desde la caída del franquismo. La sombra cobijadora del Pacto de la Moncloa se terminó de extinguir con los más recientes escándalos de la monarquía española. El Rey gasta como Emperador, en viajes de cacería a Botsuana acompañado de su novia en turno. Pero más grave aún es el caso del esposo de una de sus hijas, Iñaki Urdangarín, implicado en actos de corrupción. Recorte necesario al gasto de la Corona. También Rajoy y su equipo redujeron sus ingresos. Los burócratas reclaman por los ajustes anunciados. Alta inmigración de marroquíes, latinos, entre otros. Sueldos congelados. Presión de la Unión Europea. Todo un cocido en ebullición que pone en riesgo la serenidad del pueblo español.

Pero, ¿en realidad es el recorte a la mano de obra una opción adecuada para los gobiernos? Considero que es sólo un efecto mediático que finalmente golpea directamente a la misma administración y pone en riesgo su futuro. ¿Cómo desarrollar a los burócratas de un país si lo primero que se golpea es el bolsillo de cada uno de ellos? Considero que en paralelo, se genera otro efecto en la sensación del servidor público. Se abre el espacio para la corrupción o la holgazanería. Porque de alguna manera tiene que obtener mayores ingresos, en el primer caso; y no importa si trabaja más o menos, su sueldo será el mismo; para el segundo. Es decir, estas medidas vanguardistas que hacen uso de ideas aplicables a la iniciativa privada, no previenen el efecto secundario sobre los trabajadores y por ende, al mercado que se dirigen: el Pueblo.

Se ha perdido ese acercamiento del gobierno con la sociedad. Por eso el descontento social. Por eso las medidas populistas. España es un gran ejemplo de cómo la acción gubernamental orientada hacia los condicionamientos liberales del mercado o al populismo, han desmoronado el equilibrio social que se gestó en el país ibérico desde los años ochenta. Cuando después del régimen militar se restableció el estado de derecho y desde la monarquía hasta los sectores más pobres apostaron por un país mejor. 

Cuando veo todo ello, pienso en México y el reto del próximo gobierno. El lunes pasado, el virtual Presidente electo publicó en el periódico Reforma sus primeras tres líneas de acción inmediatas: Combate a la corrupción, transparencia en todos los niveles de gobierno y seguimiento a la contratación en medios. Espero que vengan muchas más, más inmediatas y más operativas. Sí es necesario el combate a la corrupción, de hecho hay todo un esquema actual que ya se encarga de ello y ha dado muestras de su eficiencia; al menos en Pemex y CFE han caído varios por actos ilícitos. También es importante que todos los niveles de gobierno se abran a la transparencia y prueba de ello es que cada día es más evidente que el IFAI es el órgano que funge como el contralor social ante las demandas de información ciudadana. Y no menos trascendente, es supervisar la manera en que los personajes de la vida pública han tomado a los medios como trampolín para sus futuras aspiraciones, utilizando incluso los programas sociales como base para el fortalecimiento de su imagen personal. Bien por el comienzo, señor Peña; fuerza para el resto del camino.

Pobreza, empleo, salud y educación son también grandes temas. Delicados hoy en día por la sensibilidad social del momento. Si ponemos las barbas en remojo ante lo que acontece en otros países, es necesario ser precisos en la atención que se brinde a cada uno de estos problemas públicos. La oportunidad de oro que se le brinda al Partido Revolucionario Institucional es la de evitar cometer los errores del pasado. Así como evitar también caer en los errores en que incurrieron los dos gobiernos panistas que sucedieron a Ernesto Zedillo. Se trata de prepararse para dar una batalla de frente a los asuntos que más aquejan al país. No de sostener el triunfo a través de buenas intenciones.

La búsqueda de un pacto es fundamental. La publicación de Enrique Peña Nieto lo confirma. Los acuerdos nacionales surgen de problemas globales. Acudir a las entrañas de las dificultades seguramente sensibilizará a sus adversarios. Porque la sociedad en México, así como lo vemos con los españoles, está ávida de soluciones, de un viraje de timón que encauce las energías y ofrezca vías de solución asequibles para todos los sectores de la población. Austeridad, racionalidad, eficiencia en el gasto son vicios de oficio en el gobierno, son prácticas establecidas ya per sé. No sólo el recorte es la vía de solución. La forma de operar los dineros del gobierno es lo que debe cambiar. Así, los tramos de corrupción se acortarían, todos conoceríamos el rumbo y dirección de los recursos otorgados y evitaríamos entonces el interés de los gobernantes por lucirse ante las cámaras por sus acciones… el mismo pueblo las reconocería de inmediato.

México, D.F. Julio 17, 2012



miércoles, 11 de julio de 2012

Decisiones vs. Voluntades

Polarización. Es el caldo de cultivo más adecuado para condensar escenarios de tensión social. Romanos contra germanos, moros contra cristianos, nazis contra judíos; los ejemplos son infinitos. Sólo basta colocar el detonante en el punto de discordia para que todo estalle. En México llevamos mucho tiempo en tirantez. No ha pasado mucho desde los últimos encontronazos civiles históricos. Y qué hablar de los más recientes por el narcotráfico. Por todo ello, es importante hacer notar que de nueva cuenta se nos presentó una elección dividida, aunque con mayor diferencia entre el primero y el segundo lugar que las elecciones en el 2006.

Se me hace muy difícil pensar que alrededor de 5 millones de votos fueron originados de la manipulación, la coacción, la extorsión y la propaganda. Es como faltar el respeto de cada uno de los que sí asistimos a votar de manera autónoma y decidida. Además que la experiencia de los comicios del 2006 no dejó espacio a ningún partido para la desatención de las casillas. ¿Será entonces que somos un pueblo manipulable? No lo creo así. Creo más bien que es momento de atenuar la polarización. Que los líderes de cada partido retiren su encono del coliseo propagandístico y reformulen su manera de participar en la vida cotidiana del país. Dirigirse a los espacios que les corresponde como fuerza política: el Senado, la Cámara de Diputados, las cámaras de cada uno de los estados, cabildos, en fin.

No coincido con los muchos que aseguran que la elección fue un fraude en su totalidad. Y no precisamente porque esté en contra de López Obrador o a favor de Peña Nieto. Lo que no puedo entender a ciencia cierta, es cómo los mexicanos perdimos la oportunidad de oro de contar con elecciones más transparentes. Eso es lo que duele. La radicalización del resultado es sólo un distractor más de la verdadera realidad de nuestro país. Ya estábamos divididos desde antes, ya sabíamos de qué se trataba la contienda. ¿De verdad fue el PRI el único orquestador de las triquiñuelas? ¿En verdad fue el PRI el único que utilizó más recursos para financiar su campaña? Estoy convencido que todos los partidos trabajan así, es un modus operandi. Pero también creo que cada vez es menos factible doblegar las voluntades a discreción, como si de verdad la ignorancia superara la consciencia.

Respetar la decisión de las mayorías es un asunto de democracia. No creo que deba anularse o invalidarse la elección como lo plantea López Obrador y lo acompaña en su idea, cada vez con más fuerza, el Partido Acción Nacional. Porque todos son responsables del resultado. Los pactos de honestidad, austeridad y limpieza electoral deberían ser firmados antes de iniciarse las actividades de campaña. Estamos ante la gran oportunidad de reformular la Ley Electoral. Los espacios legislativos ganados por el PRD y el PAN deben ser a partir de hoy el pivote que recargue las intenciones de cambio. Una nueva estructura democrática que abra el paso a la relección y a la segunda vuelta. A una mayor transparencia en el uso de los recursos.

Hacer uso de la división para calentar el panorama social no resuelve ningún problema. Es fundamental el replanteamiento de la forma de hacer política para cada uno de los partidos. Y más importante aún, es respetar la decisión de los ciudadanos y no tratarlos como personajes ajenos al panorama público. Es por ellos que existen los partidos. Por la diversidad de ideas, pensamientos e inquietudes. Pero también, por eso existe la democracia, el IFE, las votaciones y los conteos. Mientras todos hagan su trabajo como les corresponde, la duda y el encono se irán atenuando.

Reconocer los resultados de la elección presidencial no es necesariamente una derrota para los vencidos del PRD y del PAN. Es forjar el futuro de un país democrático, cuyos procesos se irán perfeccionando con el tiempo. Como dijo Jorge Luis Borges: “La derrota tiene una dignidad que la victoria no conoce”.

México, D.F. Julio 10, 2012

martes, 3 de julio de 2012

Humo Blanco… Verde y Rojo

Domingo primero de julio. 13:10 hrs. Escuela Las Tres Américas, frente a la Bolsa Mexicana de Valores. Constanza, mi hija de cinco años, asistió conmigo a presenciar la primera votación presidencial de su vida. Me ayudó marcando las boletas. Para ella era todo un suceso, para mí aún más. En su inocencia infantil se le había grabado en la memoria un spot de televisión sobre las propuestas del partido Verde, buscó en cada boleta el emblema. Comprendí entonces que la tele sí ayuda a plasmar una idea o una imagen en el top of the mind de la audiencia. Se sorprendió con cada uno de mis votos. Tan distinto uno de otro por la variedad de colores. Ella sabía, por los comerciales transmitidos, quiénes eran los candidatos y se había aprendido también sus frases de campaña. Los dos gozamos del momento.

El proceso fue rápido, escasos quince minutos. Pude notar que estaban los representantes de cada uno de los partidos y varios observadores ciudadanos. Univisión me hizo una entrevista corta porque mi primogénita había recibido también la tinta indeleble en su dedo y sonreía feliz. Esa fue mi efímera participación en esta contienda. Por primera vez en mi vida me dediqué a seguir desde la barrera la carrera por la Presidencia. Disfruté del domingo con Constanza, sin encuestas en la mano, reportes de las regiones, ni llamadas de delegados. Estudié mi voto, invité al sufragio en mis artículos y salí a votar. El resto, es historia.

No hay mucho espacio para la impugnación y el reclamo, como ultimó Andrés Manuel. La diferencia es amplia. Nuevamente cayeron en el error de cálculo durante la campaña y el menosprecio por los votantes que no concuerdan con la corriente lopezobradorista. El país está dividido en tres y el tercio del PRD no fue suficiente para darle la ventaja necesaria para ganar. Peña Nieto es el presidente electo. Con una participación histórica de más del 60 por ciento de la población electoral, la democracia avanzó un paso más en su lento proceso de consolidación. Falta mucho por hacer todavía, porque una competencia como ésta merecía una segunda vuelta. Hoy podemos reconocer que los indecisos tampoco inclinaron la balanza. Las lecturas de las casas encuestadoras eran evidencia clara de la tendencia. Por eso insisto que el 62 por ciento que no eligió por Peña Nieto debería tener acceso a una segunda oportunidad. Para eso sirve el balotaje, para destilar aún más la preferencia de los ciudadanos. Un segundo tamiz que legitima los procesos electorales. Espero que en un futuro veamos esa clase de propuestas en los aparatos legislativos.

Entre tanto, al PRD le queda la satisfacción de la recuperación de nuevos espacios, la consolidación de otros, pero también le queda como tarea un profundo análisis de sus liderazgos y de sus propuestas como izquierda. Si quieren llegar algún día al poder, deberán poner en marcha una transformación de fondo para terminar de convencer al electorado que sus planteamientos son de naturaleza transformadora y progresista y no de ímpetu y obstinación. Considero que mientras su líder moral sea el que llene el espacio de la candidatura para la Presidencia, la imagen que reflejarán será siempre de autoritarios, inflexibles y hasta poco demócratas. El aprendizaje al final de la disputa es áspero para el partido del sol amarillo. Supongo que pesó más el perfil aguerrido y extremista del aspirante que sus propuestas e intenciones de cambio. El país sí quería una evolución. Sólo que no cuajó su oferta entre el electorado. Les quedan nuevamente seis años de observación, análisis, reagrupamiento y preparación.

Es importante rescatar este momento. Leo en los resultados el reproche social hacia la administración actual. Ya es demasiado tarde para la reflexión en el primer círculo presidencial. Al interior del PAN, las palabras de Gustavo Madero el día de hoy pesan. Es cierto que le deben una disculpa al país por no haber consolidado la transición democrática. Y se quedó corto. Hoy experimentan más que nunca que el poder divide y genera conflicto. Creo que cayeron en mucho de lo que criticaron por años. Tampoco puedo dejar de lado que de la mano de esos errores, se dieron muchos aciertos. Una economía más sólida, como lo pudimos observar con los reveses internacionales más recientes. El gobierno es ahora más transparente en muchos de sus procesos y se han establecido nuevas maneras de administrar el servicio público, acortando las posibilidades de corrupción. Pero no supieron cacarear el huevo. Tampoco supieron enderezar el camino ante la queja por el incremento acelerado de la violencia. Doce años estuvo el Partido Acción Nacional en el poder, la primera alternancia en México. Comienza la segunda, porque el PRI ya fue oposición.

Es momento primordial para que Peña Nieto evalúe detenidamente su futura forma de gobernar. Las políticas públicas que formulará en el inmediato, mediano y largo plazo. Los proyectos y programas que pondrá en marcha para lograr cada una de sus metas. La verdadera consolidación de un triunfo electoral se da con cada acción de gobierno. El regocijo por el éxito deberá durar hasta la entrega del registro por parte del IFE. De ahí queda un largo camino por andar. Hasta el momento, todo pinta para un periodo postelectoral pacífico y una toma en el poder con garantías de libre tránsito. Así como tres años de un engranaje casi perfecto porque también alcanzaron mayoría en las cámaras.

No lo desaproveche, futuro señor Presidente. Recibirá un país polarizado, hundido en la violencia y con un considerable aumento en la pobreza y el desempleo. Espero que actúe en cuanto le rinda protesta al Congreso y no espere a que el pueblo se lo demande.

México, D.F. Julio 2, 2012

miércoles, 27 de junio de 2012

Grand finale

Recta final. Covarrubias rindió su último informe. López Obrador a diez puntos de Peña Nieto, el puntero, y Josefina a cuatro del segundo lugar. ¿Cierre de fotografía?, ya veremos. Pude observar en los últimos días el estadio azul lleno para la candidata panista, proclamaciones anticipadas de triunfo tanto de Peña Nieto como de Andrés Manuel. Todo culminará el domingo. Me imagino a cada equipo de campaña, acuartelados a piedra y lodo, recibiendo instrucciones para el esperado día. Maniobras de último momento, golpes de timón para evitar un descalabro. Ya no queda mucho por hacer, pero sé que pelearán. Cada día, cada minuto y cada segundo cuentan, y cuestan...

¿Qué nos deja esta contienda además de gastos millonarios, basura electoral, mayor polarización y entusiasmos efímeros? Nos deja también una gran incertidumbre. ¿Qué podemos esperar de nuestro próximo presidente? ¿Cuál será su agenda? ¿La de su partido, la propia, la de los hombres de negocios o la de los reclamos sociales? No lo sabremos muy pronto. Sino hasta dentro de unos años. Esa es la apuesta final de nuestro voto. Una deliberación insegura cuyos resultados se ven sólo en el largo plazo.

Con el príismo se perpetraron las elecciones de dudosa legitimidad. En 1988 Cárdenas reclamó de usurpador a Salinas. Se cayó el sistema. Se salvaron las formas finalmente, no el fondo. Se abrió una herida social grave, incurable. Seis años después, el cruel asesinato de Colosio desalentó nuevamente a la izquierda cardenista y el miedo colocó a Zedillo en el poder. El PRI gobernó por última vez, con una fuerza opositora en franco crecimiento que venía pisándole los talones desde años atrás. La economía mexicana tambaleante y el acelerado incremento de la pobreza cerraron el telón del siglo XX para el país.

Cuando Vicente Fox ganó las elecciones, las expectativas de transformación eran monumentales. Desde la transición se escuchaban los tambores del cambio como si se tratara de la obertura de la Sinfonía de los Mil de Mahler. El gabinetazo y el Pemexgate sonaban cual acordes armónicos. Después las toallas, su boda, los desaciertos… y todo volvió a ser igual. Sólo cambiaron las caras, el color del partido y el águila del escudo… pero nada había evolucionado. Primera gran decepción para la sucesión democrática que Zedillo nos había heredado.

La llegada de Felipe Calderón fue muy distinta. Una diferencia de medio punto le otorgó el triunfo. Duros, durísimos momentos para el país. López Obrador se negó a reconocer su derrota y salió a las calles a reclamar el recuento de los votos. ¡Fraude!, gritaban sus simpatizantes. De no haberse dado ese plantón en Reforma, los ánimos muy probablemente se hubieran crispado aún más, con consecuencias terribles. Entre gritos y sombrerazos arrancó el gobierno de Felipe. Y fue entonces que tomó el estandarte de la lucha contra el narco. El país se envolvió en un violento enfrentamiento que no culmina todavía. Basta ver el último encontronazo en la Terminal 2 del Aeropuerto de la Ciudad de México. Crisis mundial, influenza y polarización han acompañado también a Calderón a lo largo de su gobierno. La corrupción continúa dando frutos, y con ella se vive también el desempleo, la pobreza, la inseguridad… en fin. Está comprobado pues, que la pura intención del Presidente no basta para cambiar el rumbo de un país. Es tarea de muchos.

El próximo Presidente de la República recibirá un país severamente dividido, y no exagero con el calificativo. Quien sea el que gane, no recibirá la aprobación unánime de la población, porque nunca votan todos y no toda la población del país tiene acceso al voto. Por tanto, es un hecho que ningún candidato cuenta con un círculo de simpatizantes suficientemente amplio para llamarlo mayoría, en nuestras condiciones electorales. Porque además, no contamos con instrumentos como la segunda vuelta.

El ganador recibirá una lista larga de asuntos públicos que requieren de acción inmediata, otra igual de temas que no pudieron resolverse antes y otra de problemas por venir. Ninguno puede quedar de lado. La demanda por resultados será alta también y el escrutinio de los que perdieron comenzará a retumbar en los aparatos legislativos, en las gubernaturas y alcaldías de oposición. Menudo paquete para el próximo Presidente o Presidenta.

Si esta radiografía no es lo suficientemente clara para concluir que el voto de cada uno de nosotros es importante, quiere decir que no hemos aprendido nada de los procesos democráticos vividos con anterioridad. Mientras menos sean los que ejercen el derecho a elegir a sus candidatos de preferencia, menor también será la obligación de los que reciben los encargos públicos de supuesta mayoría. Porque son elegidos por unos cuantos, pero tienen que rendirle cuentas a toda la población. ¿En realidad es una responsabilidad que se toman en serio? Si ni siquiera tienen posibilidades de ser reelegidos ¿a quién más tendrían que convencer en el futuro? ¿Dónde comienza el compromiso del que gobierna y termina la responsabilidad de los que eligen? Que nadie exija lo que no se merece entonces.

México, D.F. Junio 26 de 2012