miércoles, 1 de agosto de 2012

Vacuna anitNINI

Titulación profesional. Recuerdo bien el anhelo que se genera a la edad de 18 años. Pasé muchas horas planeando la vida después de terminar la carrera. Era el último tramo escolar, el más duro, el que más empeño requería. Es la propia vida la que está en juego. Así se aprecia… El sueño de muchos jóvenes hoy en día parece haberse truncado desde la raíz. Son al menos 200 mil los que no lograron ingresar a una de las universidades federales como la UNAM, la UAM o el Politécnico. Un asunto público delicado, sobre todo si se percibe desde hace algunos años que una de las bolsas de trabajo garantizadas para ese grupo es la delincuencia organizada y el comercio informal.

Más grave es aún, lo que les espera a la gran mayoría de los muchachos mexicanos después de los 21 años. Sabemos que su capacidad de movilización es muy estrecha debido a que las ofertas de trabajo más atractivas se concentran en el Distrito Federal y las capitales de los estados más productivos como Nuevo León, Querétaro y Jalisco. Y que a pesar de los apoyos que ofrece actualmente el Gobierno Federal para la generación de pequeñas y medianas empresas, el mercado en general se ha reducido debido a la crisis que atraviesan las clases baja y media del país. La última, además, cada vez menos poblada y más golpeada en sus bolsillos, por la silenciosa escalada inflacionaria de los precios en los servicios y en los principales consumibles.

Con crecimientos menores al 5 por ciento anual, es difícil la creación de empleos nuevos para una nación. En Estados Unidos se considera la condición de empleo cuando el crecimiento de ese país se ha sostenido por más de dos años por arriba del 7 por ciento anual. En México, las capacidades productivas se encuentran en severas condiciones ante el precario desarrollo. Las empresas tienden a congelar las contrataciones y si resulta necesario a disminuir o ajustar sus nóminas. Las barreras de contratación se ensanchan ante la gran demanda: “Se busca joven menor de 25 años, titulado de una carrera profesional para puesto de ejecutivo en desarrollo. Prestaciones conforme a la ley. Se requiere experiencia mínima de 5 años en logística de operación portuaria, yada, yada, yada”. La experiencia laboral comienza a ser también una necesidad para conseguir un empleo, pero ¿cómo es posible que un recién egresado de una carrera profesional cuente con la experiencia solicitada por su contratante?

Ante la inminente crisis de ofertas educativas y laborales, se debe formular una política pública que considere ambos factores por su estrecha relación. Una especie de trabajo como el realizado por el maestro Arturo Cantú en los años 80’s para detectar las necesidades productivas de México. Mediante el cual se determinó la demanda de los productos básicos hasta los superfluos de cada familia. Detectaba a su vez las debilidades de producción, los excedentes, así como las necesidades de importación. Ello, permitió determinar las necesidades específicas de preparación, así como las insuficiencias en materia laboral. De hacerlo así esta vez, será mucho más fácil establecer los programas educativos necesarios y el desarrollo de espacios productivos para atender tanto las necesidades del país, como las capacidades de exportación nacional.

Construir más espacios universitarios debe ir siempre acompañado de proyectos nacionales para el desarrollo de personas, comunidades y mercados específicos que fortalezcan nuestra economía. De nada servirá ampliar la oferta educativa si al final vamos a lanzar a la calle más candidatos al desempleo, al comercio informal o al crimen organizado y sus diversas especialidades.

Además, si la curva de crecimiento poblacional en realidad está invirtiéndose como ocurre hoy en Europa, es muy importante concientizar a las generaciones por venir en la necesidad de más geriatras, enfermeros, trabajadores sociales y voluntarios. Para que cuando lleguemos a la edad de necesitarlos, haya suficientes y no tengamos que proponer nuevas políticas públicas para la población de la tercera edad, desde nuestros espacios en las casas de asilo.

México, D.F. Julio 31, 2012

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