miércoles, 6 de junio de 2012

Tropiezos y autogoles


Después de varias semanas donde la competencia se apreciaba aburrida y sosa, el viernes negro de Peña Nieto le comenzó a poner sabor al encuentro. El ahora movimiento Yo Soy 132 evidenció que el candidato tricolor no tiene la partida ganada a priori, que el camino no está allanado del todo para su triunfo. Una ola de incertidumbre se ha alojado en el equipo del joven abogado de la Universidad Panamericana. Los que hemos estado en campaña alguna vez, sabemos que cuesta trabajo conservar una ventaja tan amplia como la que hasta hace poco se calculaba para el aspirante del PRI. Por ahí se asoma constantemente el vendaje de esa herida, se abre con cada nueva aparición pública. El peso del pasado priísta no parece haberse borrado con las nuevas generaciones. La pintura de las enciclopedias todavía está fresca –con excepción de la Británica que ya no se imprime más-. 

Por otro lado, Andrés Manuel, en pleno ascenso, o al menos despegándose del tercer lugar y rebasando a la aspirante azul, se topó de frente con una vieja lesión del pasado: las ligas. De nueva cuenta se le busca liar a una red de financiamiento de segundo piso, por decirlo así, donde grandes empresarios hacen aportaciones cuantiosas por posibles canonjías futuras. Aunque en esta ocasión no es evidente el vínculo. Resulta extraño incluso que los personajes de esa reunión se hayan puesto de acuerdo para apoyar a un candidato de izquierda y no de otro partido. Sin embargo, el audio pone a AMLO en tiempo fuera del encuentro momentáneamente y distrae la atención de los electores.

Josefina Vázquez Mota parece haber entrado a una cirugía mayor, con complicaciones posteriores por los métodos de operación. Juan Molinar Horcasitas es el primer descalabrado de su equipo. Se volvió insostenible su posición en el equipo de campaña. Responsabilizado socialmente por la muerte de los niños de la guardería ABC, durante su paso por el IMSS, era el blanco perfecto para dar entrada a descalificaciones para la misma candidata y optó esta última por cesarlo definitivamente. Aunado a ello, el expresidente Fox, que parece haber perdido la coordinación para dominar el balón en la cancha, se ha dedicado a empeñar su carta en otros equipos, como cachirul de la selección juvenil mexicana en los 90’s.

El único que disfruta de su juego es Quadri, con el pase amarrado a las semifinales. Su habilidad en las dominadas le ha permitido colarse a la contienda sin rasparse ni una sola rodilla. Aseguró ya la permanencia de su equipo en la primera división y todavía le queda cuerda para seguir emitiendo propuestas y poner a temblar a sus adversarios cuando de rivalizar se trata.

Y como se dice en el fútbol, ¿y el jugador número 12? El electorado. La audiencia es la que más preocupa en esta justa. El rumbo que tome el resultado de la elección el 1º de julio es más incierto hoy que nunca antes. No sólo por los informes de las últimas encuestas, que parecen converger a un equilibrio de tercios. Sino por quiénes decidan salir a votar ese día. Percibo un fuerte desinterés. Creo firmemente también que es por los candidatos y la manera en que se han desempeñado. El IFE dijo que somos casi 80 millones los potenciales votantes. Preguntaría Quadri, ¿contamos con todos?

Yo mismo he criticado nuestra débil democracia. Mecanismos como la segunda vuelta y la reelección son opciones viables en la actualidad para su fortalecimiento. Los que han evitado tomar estas medidas son los partidos, porque les resta poder y permanencia. Por eso, hoy en día, la única fuerza que tenemos como sociedad es la del ejercicio del voto. Hay que hacer uso de ésta. Las voces que se levantan en contra de salir a elegir, para desprestigiar el proceso, no se dan cuenta que están dejando pasar una oportunidad de oro para hacerse escuchar. Es deber de todos decidir por un candidato en la urnas. Mientras no existan otras formas de participación, votar será la única vía para exponer nuestra preferencia, nuestro disgusto o nuestra aprobación.

Mientras tanto, yo seguiré promoviendo el voto entre mis conocidos. Saldré ese domingo a ejercer mi derecho. Confío también que algún día el América vuelva a ser campeón. Y con ello no hablo de mi aprecio por el pasado, ni por los colores amarillo y azul de su camiseta. Es pura cuestión de gustos y preferencias.

México, D.F. a 5 de junio de 2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario