martes, 24 de abril de 2012




Alarmas y aproximaciones

Mi primer encuentro con la Mercadotecnia fue en el Tec de Monterrey con la profesora Areli Galdamez, brillante catedrática en el uso de esa herramienta. Fue muy precisa, recuerdo, en sostener que su uso debía requerir de cuidados extremos para evitar desviaciones en los resultados o en las interpretaciones. En materia electoral, las encuestas son el pan de cada día de los candidatos. María de las Heras fue referencia en su momento, Mitofsky levanta puntos en el rating de López Dóriga cada vez que asoma sus números en la pantalla, Parametría, Berumen, el mismo Reforma tiene su encuestadora particular y un sinfín de empresas dedicadas a la estimación del resultado final ponen de punta los nervios de los candidatos y a sus equipos.

Milenio y GEA/ISA comenzaron hace poco una medición diaria de las preferencias entre los presidenciables. Antes de la veda, todo indicaba que el aparato de Josefina Vázquez Mota la llevaba en un acelerado ascenso acercándose al puntero, Enrique Peña Nieto. Andrés Manuel quedaba en un desaventajado tercer lugar, con pocas posibilidades de entrar a la competencia. Así la fotografía de entonces.

Apenas antier, los resultados fueron distintos, se observa una caída de la candidata azul y por primera vez un reposicionamiento del candidato de la izquierda. Siguen rebasando a ambos los indefinidos y Peña Nieto continúa en su 40 por ciento de preferencia (51 si le quitamos a esos indefinidos).

Hasta ahora, ninguna encuesta ha dado como resultado una derrota del candidato priísta. Su tendencia ganadora es un común denominador en todos los ejercicios de medición. Está sentado en el ‘top of the mind’ de la mayoría, dirían los expertos mercadólogos. Lo que me haría pensar que no es posible suponer un mal uso de las herramientas –al menos de la mayoría-, como una supuesta estrategia de campaña mediática a favor de ese aspirante. Las virtudes mediáticas de ese candidato son otras y ya han sido más que tratadas por otros articulistas y columnistas.

Considero, como simple e imparcial observador de la contienda, como me lo propuse en esta ocasión, que el equipo de Josefina debe hacer una última revisión a su estrategia de campaña –demasiado tarde quizá, pero absolutamente necesario-. Pareciera hasta ahora que no hay impacto en su propuesta, ausencia de sustancia, de materia. No hay fondo en su mensaje. ¿Habrán creído que el aparato funcionaría solo? Acabo de escuchar en un comercial de la televisión que la panista propone crear cuentas estudiantiles para cada niño. ¿Y las críticas al populismo? ¿Con qué va el gobierno federal a fondear ese programa? Aunado a la sólo aparente pero muy divulgada división en la cúpula de ese partido, que deja mal parada a su postulante por la supuesta distancia con el presidente Calderón y su primer círculo.

Andrés Manuel, por su lado, parece que ha cometido menos errores en esta ocasión. Sin embargo, no levanta mucho. Sostiene en sus discursos sus estrategias de modificaciones al sistema económico y su búsqueda amorosa de unificación social. Su problema no está ahí, más bien radica en su comportamiento pasado. Creo que perdió credibilidad con sus últimas acciones posteriores a la votación. La derrota del 2006 fue dura para muchos, pero no parece haber recuperado con el tiempo la gloriosa esperanza de los marginados como la tuvo en ese momento. No sé si Marcelo Ebrard hubiera puesto un sabor distinto a la contienda. Ese análisis debe hacerlo la izquierda en su totalidad y repensarse como fuerza política. Hasta hoy, parecen un equipo de múltiples aspirantes al poder que se pierden en el camino de la integración.

Del señor Quadri no entiendo bien aún su campaña, de verdad. Pero si las abejas no quieren perder el Panal, tienen que hacer algo urgentemente.

Si fuera candidato, haría caso a las encuestas… pero más a las que no contraté. Incluso haría un promedio de todas y jugaría con la mezcla de esos resultados, sus desviaciones. Un equipito de ‘arelis galdamez’ analizaría cada posible escenario. Pero también, otro equipo más grande aún, multicolor, multisabor, y multipensador, estaría trabajando constantemente en producir un plan nacional que contemplara el desarrollo de las regiones, desde el campo hasta la industria, pasando también por el sector de servicios; el incremento de las potencialidades de éstos a través de esquemas fiscales más atractivos, inyección de recursos, etcétera; así como el combate a la pobreza, el fortalecimiento a la educación, entre muchos otros problemas de carácter social y económico que requieren mucha dedicación y minucioso cuidado en su operación. Una verdadera elaboración de políticas públicas. 


México, D.F. Abril 24, 2012

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