miércoles, 11 de abril de 2012

De visiones a divisiones

Época electoral. Tal parece que es menester cotidiano de los analistas estar ceñidos al tema. No podemos evitarlo. Como si fuera parte de una competencia de prestidigitadores, ilusionistas, magos y hechiceros. Buscamos acercarnos al resultado con nuestras líneas, ‘futureando’, verbo que no es, pero sí es acción. Acertar casi justamente al resultado nos pondría delante de los demás que no lo hicieron; ganaríamos la apuesta. Pero sabemos algo también… sólo son nuestras esperanzas expresadas en papel.

Dicho lo anterior, a la labor. Si en el 2006 se habló de una reñida batalla, por la amplia brecha ideológica entre ambos contrincantes punteros en aquél entonces, hoy nos vemos ante un encuentro más combatido aún. No se trata de una lucha entre la izquierda de los pobres y la derecha de los ricos, como la de ese entonces. Como si fuera la recreación de una telenovela de los años 70, el país se dividió más que nunca. Crear cohesión social de nuevo ha costado mucho trabajo en estos últimos seis años, no creo que haya terminado de cuajar todavía.

Ahora, la diferencia ideológica no podrá ser el leitmotiv en esta contienda. El temible ocaso izquierdoso comunistoide-populista que representaba Andrés Manuel López Obrador parece quedar de lado en esta ocasión para los candidatos liberales –no podrá ser más un arma en los debates, ni en las declaraciones en contra del candidato de la izquierda- el PRD parece que cae solo, no se levanta de su 17 por ciento hasta las últimas encuestas.

Lo anterior deja abierto para los panistas y priístas un enfrentamiento casi de iguales, no hay ideología qué pelear, sólo queda la astucia, el poder de movilización y los medios (no sólo de comunicación aclaro, también los económicos).

¿Qué vamos a escuchar a partir de abril? ¿Cuál será la diferencia notable entre Josefina Vázquez Mota y Enrique Peña Nieto? Para los que votan de oído, no importa, van por su candidato. Lo hacen por amor a la camiseta del partido, por férrea convicción, por la esperanza de una posición en el gobierno.

Los que votamos pensado, tenemos entonces qué pensarle bien… Estar atentos, muy atentos a lo que se propone. Evaluar cada uno de los compromisos que se viertan en la reyerta. Peña Nieto como candidato a gobernador del Estado de México firmó ante notario los suyos y parecer haber cumplido con todos en su mandato. Josefina por su lado se sabe que tiene carácter, entrega, ha sido una buena funcionaria y tiene mérito en su paso por las secretarías de Desarrollo Social y Educación. ¿Quién será el bueno? ¿Está de verdad flaca la caballada?

Votar esta vez es más compromiso que nunca. Hacer válida nuestra voz a través del voto es la única vía para fortalecer nuevamente la democracia. Quizá de las más caras, por eso con más razón hay que usarla. Por eso evitemos adivinar el futuro, hagámoslo con nuestra acción ciudadana responsable.

México, D.F., marzo 6 de 2012.

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